jueves, 14 de enero de 2010

De cómo me convertí en bibliófilo III

El último paso para entrar de lleno en el mundo de la bibliofilia también lo di en Barcelona, aunque podría haber pasado en cualquier otra parte. Me refiero a Internet.

Poco tiempo después de haber comprado el libro de Cortázar descubrí que en Ebay (como no podía ser de otra manera) existe un mercado interesante de libros. Al principio me abrumó una página tan llena de libros buenos a precios aún mejores, pero poco a poco me fui dando cuenta de que tenía cierto truco. Recuerdo que el primer libro que pude comprar en Ebay fue Caprichos de Gómez de la Serna. Aunque en Ebay las subastas muchas veces empiezan a precios irrisorios, aunque parece fácil conseguir libros a buen precio, en los últimos minutos (o incluso segundos) el precio se dispara alcanzando casi el nivel normal de mercado, de manera que al final acabas pagando lo mismo que en una librería normal. Hace poco, por ejemplo, estuve haciendo un seguimiento a un par de libros de José Hierro, Tierra sin nosotros y Con las piedras, con el viento (muy valiosos porque son su segundo y tercer libro), y en prácticamente los últimos minutos la puja subió casi 100 euros. A pesar de eso sigo visitando esta página cada semana para ver las novedades.

Más adelante conocería otra página, Todocolección, menos famosa pero más específica, por estar especializada en antigüedades. En Todocolección no hay tantas novedades como en Ebay pero la oferta es más real. Durante un par de años estuve recibiendo diariamente correos con novedades, lo que me llevó a familiarizarme bastante con esta página en la que sí he comprado varios libros.

Por último, el descubrimiento estrella, sin el cual este blog no podría ser posible ni yo podría haber sido bibliófilo. Me estoy refiriendo a Iberlibro, la mejor página de venta de libros que existe en Internet. Esta página ha sido tan importante en mi amor por los libros que prefiero dedicarle toda una entrada a ella.


Esta ha sido en pocas pinceladas la trayectoria que he seguido hasta llegar al momento actual, el momento en que abro este blog y escribo estas líneas. Sólo espero que mi verdadera pasión por los libros empiece ahora y se desarrolle de aquí en adelante.

4 comentarios:

  1. Querido Alejandro:

    Lo cierto es que yo me considero menos bibliófilo,en tanto en cuanto la materialidad de los libros me importa menos que su contenido, si bien es verdad que siempre prefiero las ediciones cuidadas y elegantes, pero, por encima de todo, que sean manejables.

    En este último sentido, soy un auténtico devoto de las ediciones de bolsillo,tanto por precio como por manejabilidad. Me encantan los libros que puedo doblar y adaptar a cualquier postura corporal que tenga que adoptar para leer cómodamente.

    No me considero bibliófilo en el sentido de "propietario de libros". Creo en la utilidad y función de las bibliotecas, en las que todo es de todos. De hecho, las bibliotecas son la metáfora perfecta de lo que yo considero una sociedad comunista (te llevas un libro gratis, te lo lees,le sacas su jugo, lo disfrutas y lo devuelves para que otro pueda beneficiarse igual que lo has hecho tú).

    Te voy a regalar un libro que me compré sobre la bibliofilia.

    Un abrazo, genio

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  2. Qué bien que Rafa te dé un libro sobre bibliofilia!!!

    Por otro lado tengo ganas de que pongas en tela de juicio (es broma) mis gustos caros y mi pasión por un Chanel 2.55 y unos buenos Manolos!

    ¡¡Me encanta tu blog!!

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  3. Rafa, en los próximos días voy a dedicar una entrada al mal que las bibliotecas pueden causar a los libros y a la bibliofilia. Nada mío, tomado de otro blog, pero muy bonito.

    Rose, ya puedes empezar a criticarme :)

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  4. Estoy deseando leer esa entrada, porque me parece, cuando menos, sumamente paradójico el hecho de que las bibliotecas puedan causar algún daño a los libros.

    Un abrazo

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