Ya sé que dije que en Charing Cross Road sólo me interesaban las librerías de viejo, pero uno no puede considerarse amante de los libros (que es esa la etimología de la palabra bibliófilo) y dejar de visitar Foyles, porque sería como ser amante de los parques y dejar de visitar Central Park en un viaje a Nueva York. Y es que no puede pasar inadvertida la librería que ha entrado en el Libro Guinness de los Records como la librería más grande en términos de superficie útil, con 50 kilómetros de extensión (por supuesto, me refiero a repisas con libros). De todas formas, no he faltado exactamente a mi palabra con lo de visitar sólo librerías de viejos, ya que en los más de 100 años de vida de esta librería, y sobre todo al principio, ha sido un lugar en el que se vendían libros de segunda mano. Hoy en día prácticamente se dedican a la venta de libros nuevos.
Esta monstruosa librería (que otra palabra no se me ocurre para describirla) ocupa un edificio entero que hace esquina en Charing Cross Road. Hoy en día se ha convertido, más que en librería, en un verdadero hito para turistas, lo que queda demostrado con la venta de material relacionado con la librería o con el nombre de Foyles justo a la entrada (hay por ejemplo postales con fotos antiguas de la librería).
Una vez que se pasa la zona de material relacionado con el mundo de los libros (merchandising de Foyles, agendas, moleskines, marcapáginas, etc.) uno se puede perder literalmente entre pasillos y salas repletas de libros. De vez en cuando hay asientos para que los posibles compradores puedan hojear tranquilamente los libros, a no ser que quieran tomarse un café en la cafetería que hay en la segunda planta, mientras leen un libro.
Algo que me ha llamado mucho la atención en la distribución han sido las mesas temáticas. Para hacer más atractivos los libros de vez en cuando uno puede encontrarse mesas con libros dedicados a los temas más concretos o disparatados. Había leído, por ejemplo, sobre curiosas mesas con novelas sobre Londres, sobre perros o incluso con libros buenos con portadas feas. Efectivamente pude comprobarlo: me pareció curiosa una mesa con novelas sobre grandes desastres.
Una parada obligatoria, para satisfacer la curiosidad más personal, fue en la sección de libros en español. Bastante bien surtida (¡no podía ser de otra manera!): dos estanterías de novelas en español, con autores clásicos y superventas, desde Cervantes hasta Gabriel García Márquez; y varias estanterías más dedicadas a la enseñanza del español, adaptado a varias edades. En esta misma sección encontramos a varias españolas buscando alguna novela interesante. ¿Será casualidad o es que todos los españoles que visitamos Foyles vamos al mismo sitio?
Esta monstruosa librería (que otra palabra no se me ocurre para describirla) ocupa un edificio entero que hace esquina en Charing Cross Road. Hoy en día se ha convertido, más que en librería, en un verdadero hito para turistas, lo que queda demostrado con la venta de material relacionado con la librería o con el nombre de Foyles justo a la entrada (hay por ejemplo postales con fotos antiguas de la librería).
Una vez que se pasa la zona de material relacionado con el mundo de los libros (merchandising de Foyles, agendas, moleskines, marcapáginas, etc.) uno se puede perder literalmente entre pasillos y salas repletas de libros. De vez en cuando hay asientos para que los posibles compradores puedan hojear tranquilamente los libros, a no ser que quieran tomarse un café en la cafetería que hay en la segunda planta, mientras leen un libro.
Algo que me ha llamado mucho la atención en la distribución han sido las mesas temáticas. Para hacer más atractivos los libros de vez en cuando uno puede encontrarse mesas con libros dedicados a los temas más concretos o disparatados. Había leído, por ejemplo, sobre curiosas mesas con novelas sobre Londres, sobre perros o incluso con libros buenos con portadas feas. Efectivamente pude comprobarlo: me pareció curiosa una mesa con novelas sobre grandes desastres.
Una parada obligatoria, para satisfacer la curiosidad más personal, fue en la sección de libros en español. Bastante bien surtida (¡no podía ser de otra manera!): dos estanterías de novelas en español, con autores clásicos y superventas, desde Cervantes hasta Gabriel García Márquez; y varias estanterías más dedicadas a la enseñanza del español, adaptado a varias edades. En esta misma sección encontramos a varias españolas buscando alguna novela interesante. ¿Será casualidad o es que todos los españoles que visitamos Foyles vamos al mismo sitio?
Querido amigo:
ResponderEliminarSiento no haberte comentado las últimas entradas, pero es que este fin de semana lo he pasado en casa de Laura y, cuando estoy allí, suelo miraar mucho los blogs.
Parece fabulosa la librería esa. Supongo que será la Meca de los bibliófilos/ filólogos: habrá que ir a visitarla, al menos, una vez en la vida.
Un abrazo, Ale
Perdón: en el comentario anterior, me he comido un "no" ("... cuando estoy allí, NO suelo mirar mucho los blogs.").
ResponderEliminar¡No te preocupes! Todavía me quedan un par de librerías más que comentar :D
ResponderEliminar...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
TE SIGO TU BLOG
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
AFECTUOSAMENTE:
ALEJANDRO
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE LOVE STORY, CABALLO, LA CONQUISTA DE AMERICA CRISOL.
José
ramón...