No hace mucho saltaba la noticia de que las hijas de Esther Hoffe, la secretaria de Max Brod, habían denunciado el robo de documentación referente a Kafka. Todas las sospechas apuntaban a que, ante la posibilidad de que la Biblioteca Nacional de Israel pudiera arrebatarles los documentos (que era el deseo de Brod), sus ilegítimas propietarias estuvieran vendiendo clandestinamente una parte del material. Ante la posibilidad de que una buena parte de los manuscritos de Kafka se perdieran para siempre el Tribunal Supremo de Israel al fin dictó una sentencia que obliga a realizar un inventario detallado de los originales de Kafka.
El material, distribuido en cuatro contenedores en la oficina central de UBS en Zúrich, ve por fin la luz después de 56 años oculto. El responsable de llevar a cabo el inventario será el especialista Itta Shedletsky. Al menos, de esta forma, existen garantías plenas de que en el proceso de litigio entre las hijas de Hoffe y el estado de Israel no se produzcan irregularidades.
Sólo queda esperar que esta importantísima documentación pueda volver donde legítimamente le corresponde, según la voluntad de Brod, que era el auténtico propietario del material. De cualquier otra forma, ya sabemos qué es lo que depara el futuro a los originales de Kafka: ser vendidos, como ocurrió con el original de El proceso, adquirido por el Archivo Alemán de Literatura de Marbach am Neckar por 1,5 millones de euros.
Noticia en El País
El material, distribuido en cuatro contenedores en la oficina central de UBS en Zúrich, ve por fin la luz después de 56 años oculto. El responsable de llevar a cabo el inventario será el especialista Itta Shedletsky. Al menos, de esta forma, existen garantías plenas de que en el proceso de litigio entre las hijas de Hoffe y el estado de Israel no se produzcan irregularidades.
Sólo queda esperar que esta importantísima documentación pueda volver donde legítimamente le corresponde, según la voluntad de Brod, que era el auténtico propietario del material. De cualquier otra forma, ya sabemos qué es lo que depara el futuro a los originales de Kafka: ser vendidos, como ocurrió con el original de El proceso, adquirido por el Archivo Alemán de Literatura de Marbach am Neckar por 1,5 millones de euros.
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